martes, 16 de agosto de 2016

Agosto

Quedamos en la ciudad cuatro gatos guardando el fuerte, el resto se fueron ya de vacaciones, esta semana no hay casi tiendas abiertas ni bares ni nada de nada. Yo cuento las horas para que me toque a mi, aunque no puedo quitarme de la cabeza cierta preocupación porque lo mismo duran más de la cuenta, está la cosa muy malita, ya se verá.  De hecho no me voy a ningún sitio en concreto haré pequeñas excursiones aquí y allá y poco mas, suena un poco triste pero bueno, todo tiene un lado bueno supongo… solo hay que ponerse las gafas correctas para verlo. 

Rara

Mi compi dice que soy rara, yo también lo creía hasta hace poco, pero no, con el tiempo me he dado cuenta que soy más vulgar de lo que pensaba. Cuando volví del destierro me noté cambiada y llegué a pensar que era especial, diferente al resto, mucho mejor ¡por supuesto! pero no… solo eran rumores. Con el paso del tiempo me  he dado cuenta que soy una más y que cuando me pinchan sangro como que cualquiera. Aun así, sigo conservando mi sello de distinción con respecto al resto y me sigue gustando sentarme con mi cubo de palomitas a estudiar el comportamiento humano, y eso me lleva a intentar distanciarme aunque no siempre lo consiga. 

viernes, 12 de agosto de 2016

Hasta el infinito y mas allá

Un día cualquiera estás en la calle tranquilamente pensando en tus cosas sin molestar a nadie en modo casi-invisible y zas! escuchas un comentario de esos que te provocan unas ganas profundas de vomitar o de alejarte de esa persona y todas las que opinen así y odias compartir cualquier cosa con ellos… ya sea calle, barrio, ciudad, país o lo que sea.

Sí, es así a veces me sale la vena de insociabilidad y no salgo corriendo y me voy a vivir sola a una selva por el tema de los bichos y tal… que sino…

miércoles, 10 de agosto de 2016

Mas vale sola que ...

Dice el dicho “la primavera la sangre altera”, vale… quizá pero yo creo que  el verano es peor. Suben las temperaturas y empiezan los problemas conyugales  y si sumamos que hay gente que disfruta de vacaciones (no como yo grrr) y les tonca convivir 24 horas juntos, pues ya la hemos liado. No acaba una bronca cuando ya han empezado otra, que si te dejo que si al rato venga volvemos, que si te dejo otra vez… al final ya conocéis la historia, el que deja a cada rato casi nunca deja del todo y el dejado que no es dejado del todo llega un punto que dice, se acabó, harto del jueguecito del que deja sin dejar.  Yo hace muchos años me vi  en esa espiral de destrucción parejil veraniega y decidí que una y no más, yo es que carezco de paciencia para algunas cosas y que me dejaran dos días seguidos con todo su drama me cansó mucho al tercero rompí la baraja con las tijeras del pescado, ahora no llegaría ni al tercero. 

Tengo un puñado de amigas que este verano me cuentan que están muy mal en su relación, que están hasta las narices de tal o cual comportamiento, actitud, situación o lo que sea... y yo creo que todo es mucho mas fácil y mas sencillo de lo que lo hacemos, y que se puede aguantar hasta donde tu quieras aguantar... el problema es que hay mucho miedo a la soledad y al cambio, y sinceramente, si mucha gente afrontara ese miedo y viera que no pasa nada, que hay vida después de... les iría mejor. Estar sola no es un fracaso sino una opción que mas de una debería considerar, que seguro que les iría mejor... porque peor de lo que me lloran que están ahora mmm lo dudo. 

martes, 9 de agosto de 2016

Me hago vieja

Hace unos días me enteré de cual es la canción del verano, ya sabéis, esa con la que te taladran cada año hasta romperte oídos, que si me descuido ya ni queda verano vamos, (primer signo de vejez), pero eso no es todo, es que no me enteré porque me rompiera los oídos a mi la dichosa canción en cualquier chiringuito playero o verbena pueblerina a las que solía acudir, uff esas cosas ya ni me pasan... Es que fue mi sobrino quien me lo contó... pero ¿que me ha pasado? ¿ahora entendéis el título del post verdad? Y es que es así, me hago vieja... y me doy cuenta.